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miércoles, abril 17, 2024

PERU: La ciudad de los 33 templos coloniales se reencontró con su fe luego de dos años de pandemia

Luego de dos años de encierro por una pandemia sin precedentes, las familias ayacuchanas, visitantes y turistas se reencontraron en las calles de la Huamanga Señorial, quienes con la fe y devoción que los caracteriza, rememoraron la pasión, muerte y resurrección de Jesús, los cuales fueron reflejados en cada una de sus imponentes y mágicas procesiones que salieron desde sus templos coloniales más representativos para recorrer sus históricas calles, felices de volver a ver la fe popular.

Fiel a la Usanza tradicional y cumpliendo los protocolos sanitarios, se celebraron los diversos pasajes de la vida de Jesús, todas llenas de simbología religiosa, apreciadas masivamente desde el domingo de Ramos hasta la procesión de Pascua de Resurrección, unas más imponentes que otras.

Sin lugar a dudas las celebraciones de Semana Santa en Ayacucho, tienen un profundo arraigo en la población, donde sus costumbres y tradiciones venidas de España, han ido adquiriendo matices propios del mestizaje cultural, que se mantienen inquebrantables pese al transcurrir de los años.

Ayacucho, como ninguna ciudad del país, atesora un incomparable patrimonio arquitectónico religioso representado en cada uno de sus 33 templos coloniales, que encierran historia, fe y tradición, el cual lo distingue para ser considerada como la capital religiosa del Perú.

Con el retorno de la Semana Santa, Ayacucho reactivó su turismo, el cual según estimaciones de la Cámara de Comercio, generó más de 20 millones de dinamismo económico, que impactó positivamente en los diversos sectores productivos que fueron duramente golpeados por las drásticas  medidas adoptadas por la emergencia sanitaria.

«La semana santa 2022 ha dinamizado la economía regional, beneficiando a los diversos sectores productivos como nuestros emprendedores, artesanos, entre otros, que han sido duramente golpeados por las medidas adoptadas por la pandemia», expresó el gobernador de Ayacucho, Carlos Rua Carbajal.

Por su parte el Monseñor Salvador Piñeiro destacó el arribo de gran cantidad de visitantes, sin embargo se mostró fastidiado por el excesivo consumo de alcohol y desorden que dejaron la Plaza Mayor.

«Al próximo año yo no espero turistas, sino peregrinos, que vengan a orar, a revivir la pasión, muerte y resurreción de Jesús», remarcó en forma enérgica el Arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro.
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