Radisson Blu Grand Hotel & Spa, Malo-les-Bains cuenta con 110 habitaciones y suites con balcones con vista al Canal de la Mancha. Su impresionante spa de 1.000 m² también ofrece vistas al mar y es un remanso de relajación, donde los huéspedes pueden disfrutar de instalaciones de bienestar como la piscina de 16 metros.
Construido en cuatro plantas y enclavado en el corazón de la zona histórica, el estilo y la arquitectura del hotel une la tradición con la modernidad. Los materiales utilizados para el diseño de interiores se remontan a la grandeza de la década de 1930, con suelos de terrazo, detalles en latón dorado, detalles en terciopelo, mesas de restaurante esmaltadas y espectaculares techos enchapados en madera que aportan calidez a la atmósfera del gran hotel. Mientras tanto, la fachada del hotel rinde homenaje a la arquitectura local del siglo XIX.
El restaurante y bar del hotel, L'Opale, tiene una terraza con vistas al mar y grandes ventanales que permiten a los comensales seguir el sol durante todo el día. El chef Charles Bruneval rinde homenaje a la riqueza de los ingredientes locales y al rico patrimonio culinario de Flandes con sus recetas que honran una región que ha sido sazonada y condimentada tanto por la tierra como por el mar. La cerveza es una parte importante de la cultura local y los huéspedes pueden disfrutar de aproximadamente 30 cervezas de referencia que varían según la temporada. El hotel se ha asociado con una de las tres cervecerías artesanales de Dunkerque, Brasserie des 4 Écluses, para crear una cerveza personalizada que se servirá exclusivamente en L'Opale. En el bar, un mixólogo residente sirve cócteles exclusivos todas las noches, además de los clásicos.
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